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Creando escuela

sábado, 20 de junio de 2009

Solidaridad blancovampírica II

Tuve claro que el objetivo debía ser "C". Algo nos había hecho cuincidir en el espacio tiempo o como se diga y volví a acudir una hora antes de mi compromiso de estancia junto al colega, a la planta de neonatos.


Cuando llegué, no logré verla por la sala de espera, como el día anterior. Asi que por un momento pensé que, tal vez, le habían dado el alta. Pero lo dudaba mucho. paseé varias veces por el pasillo de la planta mirando de reojo a aquellas puertas semi abiertas, pocas, todo hay que decirlo, por si podía verla en una habitación, pero no hubo suerte.


Decidí sentarme un rato en la sala y se me hizo eterno porque por ahi no aparecía. Me temí, ahora sí, lo peor. De repente, crei verla saliendo de una habitación. Iba acompañada de dos personas mayores. Intuí que igual eran sus padres. Asi que no me moví lo más mínimo. Vi como los iba a compañando a la salida en dirección a los ascensores. Al cabo de unos minutos más la volví a ver de nuevo en dirección a la habitación. Entonces fui a su encuentro. Al verme de lejos, sonrió y me saludó. Le extrañaba en cierto modo mi presencia de nuevo pero le alegró.

Haciendome entrar en la habitación, pude ver a otra mujer de su edad. "Es una amiga de toda la vida" y nos presentó. Al lado de ésta, estaba la cuna donde reposaba el enemigo natural de todo VB. Un mocoso plácidamente dormido cuyo nombre "Eric" me pareció al menos original. "Ahora duerme. Come, duerme, come, duerme... se parece a su padre".


Con la presencia ahí de la amiga, comprendí que el riesgo era inmenso para lo que me disponía a decirle asi que consideré que el fracaso ya estaba servido. Sin embargo, la amiga, aprovechando que habiamos regresado a la habitación, nos dijo que iba a hacer unas llamadas y salió de ésta. "Esta ya se ha imaginado lo que no es" Me soltó. Arqueé la ceja. No entendía a lo que se refería entonces junto un dedo de cada mano y ladeando la cabeza, añadió: "Ya sabes... tú y yo..."


Entonces si que me reí acojonado.


Acto seguido, me lancé en picado.


Yo- Mira, quisiera pedirte un favor inmenso.


Me miró sorprendida sin decir nada unos segundos hasta que exclamó con su tipica gracia andaluza: "Si es que le eche un polvo a tu amigo, no creo yo que la cosa ahora entrara bien".


La verdad es que era dificil mantener la seriedad con ese estilo de expresión. Asi que me tuve que soltar por cojones y reir controladamente porque no era cuestión de montar escandalo.


Yo- No. No es eso.


Su mirada siguió alegre pero algo tensa.


C- Tampoco tengo un duro. Voy a tener que vivir con mis padres.


Yo- Es otra cosa.


Y se lo solté todo con la máxima naturalidad que podía. Le dije que mi amigo tenía una fantasia de niño que era mamar unos pechos en lactancia. Hice un punto largo esperando su reacción. Se quedó muda. Arqueó también una ceja y movió la cabeza asi como el que aparenta aturdimiento.


C- ¿Me lo dices en serio o me tomas el pelo?
Yo- Jamás haría eso en algo tan serio.
C- Vamos a ver si lo he entendido. ¿Quieres que yo vaya y...?


Mi expresión era de "Sí, por favor, termina".


Su respuesta fue un suave "joder" Perdió la mirada en la habitación unos segundos.


C- "Es lo más raro que he escuchado en mi vida"


Le dije que me hacía una idea y le confesé que esa misma fantasía la teniamos muchos hombres pero que por temor a ser tachados de enfermos y pervertidos, lo ocultabamos. Ella me respondió que muy normal no lo veía pero que tenía su lado "tierno".


C- ¿Pero tú también...?
Yo- Sí. Yo también.


Otro silencio de segundos me hizo reaccionar ya que en cualquier momento podía volver a aparecer la amiga en la habitación y no quería que eso quedara asi. Le dije que era una propuesta absolutamente respetuosa y que entendería perfectamente que se enfadara incluso. Ella me dijo que no era ese un motivo para enfadarse pero que sí necesitaba asimilarlo porque una cosa así era de lo más original que le habían propuesto. Le dije que si era por compensarla economicamente, que estaba dispuesto a eso. No respondió. Solo me preguntó si era extraerse leche y que yo se la diera o que él mismo mamara. Era una pregunta totalmente en el limite. Confié en que, al menos, no se pusiera histerica. No hacia ni dos días que la conocía y ahí estaba yo haciendo, sin duda, una locura de las mías. Le confesé que la idea era que él succionara directamente. Volvió a soltarme un "joder". Entonces se puso seria:


C- Soy una chica un poco inocente, igual ya te has dado cuenta, eso me dicen muchas personas y ya ves como he acabado. Pero no quisiera que otra vez me crea algo sin segundas intenciones y que en realidad es aprovecharse de mí y nada más. ¿Me tiendes?


Yo- Perfectamente y te garantizo que no se trata de aprovecharse de ti. Si no de hacer realidad una primera experiencia de una fantasia a una persona que lo esta pasando muy mal.
Entonces me dijo que debía pensarlo pero que le preocupaba el hecho de que su bebé tuviera luego algun problema de salud o higiene. "Meterle el pezón en la boca a un tio que no conozco de nada, como entenderas..."


Le dije que lo entendía perfectamente pero que se trataba de un tio sano, deportista, hasta ahora y con pareja estable. Supongo que ahí la cagué un poco porque me respondió casi de forma automatica "Coño pues que le de ella, ¿no?"


Me levanté y le pedí disculpas, que probablemente se me había ido la pinza con la idea que lamentaba mucho haberla puesto en esa situación. Cuando me disponía salir, apareció la amiga y al mismo tiempo oí que "C" me reclamaba. Me detuve y entonces la vi acercarse con un boligrafo y un papel. "Dame tu numero de movil". Supongo que eso no ayudó en nada a que la amiga se imaginara cualquier cosa pero ya no había vuelta atras. Ésta, la amiga, se intrudujo en la habitación disimuladamente a mirar al crio en su cuna, ajeno a que un VB buscaba el modo de que un hermano suyo tomara parte del Maná que su madre producía para él, y nos dejó en el umbral de entrada. Le di mi numero de movil y con tono bajo me dijo que se lo pensaria y me llamaría para decirme algo. Le sonreí y le agradecí su detalle.


Al llegar a la habitación del colega estaba como siempre, con la mirada perdida. Me senté a su lado y solo hablé yo al principio. Sabía que iba a ser una tarde noche, complicada. Como todas desde que pasó el accidente.

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