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Creando escuela

viernes, 26 de junio de 2009

"Te he traido una sorpresa"

Como ya os comenté anteriormente durante la noche de vigilia San Juan, quedé con "C" para un paseo "tranquilo" por la zona costera de mi ciudad. La verdad es que cuando nos encontramos en el punto establecido para ello, la encontré diferente, será porque no iba con batín y sí con un vestido holgado (cosas de disimular la tripita post parienturienta, ya que se necesita tiempo para que se ponga en su sitio) de color beig bastante elegante, por cierto.


En poco tiempo estabamos ya paseando por dicha zona. Me explicaba que necesitaba desconectar un tiempo de todo lo que le había pasado y que había dicho a sus padres que había quedado con unas amigas para tomar alguna cosa en una terraza. La realidad era más audaz, había apetecido intentar quedar conmigo. "Me ha salido bien. Debo parecer una zorra". La miré de reojo y sonreí. Hacía tiempo, mucho tiempo que no oía de propia voz de una mujer la palabra "zorra" y eso me provocó una pequeña palpitación rábica, como el que toca con un palo una serpiente que esta espectante pero no agresiva.

Respondí que me había agradado su iniciativa. "C" me confesó que uno de sus defectos más grandes era tener una curiosidad "canibal" por las cosas y que yo le había picado la curiosidad de tan semejante modo que quería conocermé más. A fin de cuentas "lo del otro día con tu amigo, aun no me creo que fuera capaz de hacerlo y ya ves". Aproveché para volverle a agradecer el detalle. "Has sido la primera para él". Me miró y en tono burlesco pero simpático e inocente, replicó "¡Qué honor!"
La playa estaba ya casi invadida por parias sin un puto duro (algo que no era mi caso pero había pasado por ello hacia pocos meses) y con ganas de celebrar la vigilia mágica. El ambiente era impresionante y por supuesto, se podría decir fijandote bien y en alguna zona menos iluminada, podías intuir autentico porno amateur en vivo y al aire libre. Asi se lo dije y ella se reía. "Eres un salido". "Sí, para qué engañarnos". "Entonces me voy para casa que contigo sola es un peligro".
Y como queriendo calmarla le pregunté por la criatura.

C- Pues con mis padres. Dónde va a estar... pero tengo que volver pronto.

La sorpresa vino con un "Ah, se me olvidaba.También he venido porque te he traido una sorpresa"

La verdad es que dude mucho de que ahí mismo fuera capaz de extraerse una teta hacia fuera del vestido para ofrecermela asi que no me esperé gran cosa. Lo cierto es que si me sorprendió porque de su bolso no precisamente pequeño, extrajo un frasco de la marca "chicco" identico al de la foto.

C- Toma. Me dio la impresión que el otro dia de que te habias quedado con hambre.
Yo- ¿Esto no será...?
C- Sí que lo es. (Risas)De este medio día. Me he sacado un poco porque me iban a explotar y he pensado en ti.

Su sonrisa de traviesa me ponía aun más cachondo. "Joder", pensé.

C- Si no la quieres, pues para tu amigo pero te advierto que mejor la ponga en la nevera porque estas cosas no aguantan mucho fuera.

Le dije que me hacía una idea y que la sorpresa me había impactado y por supuesto, gustado, pero recalqué un "pero" al que ella replicó con un "no sigas, que ya me imagino que vas decir". La interrogué con la mirada y supongo que había recordado las charlas anteriores en el hospital. Me lo confirmó con un escueto "mejor administrar por vía directa, ¿no?" Y asentí con la cabeza.

Continuamos andando y yo con el frasco en la mano. Sin detenernos, abrí el mismo y eché un trago ante ella. La cual me miró asi como diciendo "joder ¿aquí mismo?" Conforme daba el trago cerré los ojos y esta vez si me detuve. Acto seguido la miré procurando que viera mis labios húmedos de su propio nectar y me los relamí con la lengua.

Yo- Deliciosa. Realmente deliciosa.


"C" parecia no saber hacia donde mirar. Más que nada porque estabamos en la calle al paso de todo el mundo y yo bebiendo su leche recien ordeñada, como quien dice, como el que se tomaba una orchata. En segundos tenia un rostro algo congestionado o elevado de color en sus mejillas.

Yo- ¿Te ocurre algo?

Negó con la mirada algo baja y semi sonriente.

Yo- Me has salvado la vida como vampiro blanco ¿sabes cuanto hacía que no bebia de esto?
C- Prefiero no saberlo.
Entonces me encare a ella y me acerqué a pocos centimetros de su cara. Puse un tono más grave en mi voz y con cierto timbre tenebroso.

Yo- Sabes que eso no es verdad. Quieres saber todo de mí, pero tienes miedo.
"C" no dijo nada pero si percibí que se encogía un poco como protegiendose. Entonces volví a poner mi tono normal y sonreí.
Yo- ¿Te he asustado?
Me miró con aire enfadado. "Pues un poco, ¿no?" Me disculpé y me cerrando los ojos, bebí el resto del contenido del frasco saboreando el liquido sutilmente dulce y con un suavísimo toque ácido que volvió a provocarme otra bateria de palpitaciones rábicas. Cerré el frasco y se lo devolví, volviendole a agradecer el detalle.
Nos sentamos en unas escaleras dejando que nuestros pies tocasen la arena. Alrededor nuestro o a pocos metros podiamos ver el jolgorio explosivo de niñatos y niñatas dandole al botellón playero. De fondo se podian escuchar musicas diferentes de algun destartalado equipo musical de la vieja usanza. Así estuvimos un largo rato, diciendo todo y diciendo nada, escuchando y mirando, estrellando miradas el uno contra el otro y yo controlando la bestia que llevaba dentro y me repetia una y otra vez "vaciale los pechos ahora. Su culo esta libre, abreselo". Era un duelo entre Jeckyll y Mr Hyde.

Debo reconocer que la noche le sentaba bien. Estaba hermosa. La penumbra de la media luna le sentaban bien y sobre todo me sorprendía que aun siguiera ahí conmigo.

C- ¿Sabes? no se si te lo habrán dicho alguna vez pero tienes un algo. Algo que no se si llamarlo magnetismo o qué pero atrae.

Le dije que debía ser mi locura.
C- No. Tú no estas loco pero te proteges de algun modo y en algunos momentos aparentando esa locura. A mi no me engañas. Eres totalmennte diferente a todos los que he conocido hasta ahora.
Yo- Eso no me hace mejor.
C- No, pero tampoco peor. Ya te he dicho, eres diferente.

De nuevo el silencio dio paso a una afirmación de ella.
C- He hecho muchas tonterias en mi vida y ahora tengo una responsabilidad que asumir con una personita que no tiene la culpa de nada. Eso me obliga a sentar la cabeza. Pero si no fuera por eso...

La miré.

C- Creo que me gustaría saber hasta donde serias capaz de llevarme.
Yo- ¿Y tan segura estas de que yo te elegiría para ello?

Sabía que ese era un toque al orgullo para cualquier mujer pero supongo que ella lo percibió al momento porque ni se inmuto. Aparentó una seguridad clara aunque fuera fachada y creo que fue incluso agresiva porque mirando hacia abajo en dirección a ambos pechos, respondió con un "si eres lo que dices ser y creo que ya me lo has demostrado hace unos momentos, creo que no me rechazarias" y al momento hizo un movimiento ritmico de hombros que agitó levemente sus pechos.
Eso me tambaleo y MrHyde pedía paso.


Yo- Buena punteria.
Sabía defenderse, qué duda cabe, cuando tocaba. Percibía mi extrema debilidad carnal de algún modo y eso me preocupaba.
Hablamos de todo ello y quedó claro que en el fondo, no eramos más el uno para el otro que un capricho. "C" se sentía sola y asustada y en mi había encontrado algo asi como un candidato para su protección y apoyo. Mi seguridad y mi singularidad, le habían atraido sin valorar el precio que eso podría suponer para ella misma. Le dije que, por mi naturaleza, no iba a poder ir la cosa más allá de lo que fuera una amistad con posibilidad de obtener placer carnal mutuo (y en mi caso alimento) pero que si ella buscaba algo más, debía tener claro desde el principio, que no iba a ser así.

Yo- Nunca he permitido desde hace mucho, mucho tiempo, que otro tipo de sentimientos invadan mi interior. Si he notado que ha habido señales que indicaran tal posibilidad, me he alejado de ello. del foco que lo ha provocado y siempre será así.

Asintió como resignada y con un nuevo brote de curiosidad que se unía al resto. Levantandose, me dijo que ya era hora de volver a casa y que le había sentado bien ese paseo. La escolté hasta un taxi que me encargué en abonar, por supuesto. "Esto es por el reconstituyente que me has traido". Lo justifiqué. Nos despedimos con un beso que sabía a despedida definitiva. Y se fue.

Volví a la playa y me olvidé de mis colegas con los cuales debía reunirme después.
Al cabo de un rato recibi un mensaje de texto a mi movil que decía "Por tu mirada se que has sufrido en el pasado y mucho. Y se que te debo algo, pero tendras que pedirmelo"
Y pense en "C" bajo mi poder. Mamando sus pechos, ordeñandoselos con mis manos atadas a la espalda y gimiendo de placer y sutil dolor. Y la imaginé posteriormente a cuatro patas soportando mis embestidas en su prieto culo viendo el boteo y el salpiqueo de sus tetas danzantes.

"Zorra... no sabes de lo que te puedo estar protegiendo".
Nota: He colgado algunas fotos de uns apetecibles ubres lechosas (asiaticas, por supuesto) para hacer más ligera y la lectura y recordarnos una vez más por qué somos VB

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